La ropa de lujo de segunda mano ya no es algo exclusivo de ciudades como París, Nueva York o Los Ángeles. Muchas personas acostumbradas a comprar artículos de lujo han visto mermadas sus posibilidades en tiempos de crisis. Sin embargo, no renuncian a estar “a la última” adquiriendo los mismos productos en tiendas de reciclaje o segunda mano, que ofrecen bolsos, relojes, o ropa de marca a un precio mucho más bajo del habitual.
La cadena Komehyo en Japón ha obtenido grandes beneficios en el último año fiscal vendiendo artículos de segunda mano o reciclados (se dice por ejemplo que el 40% de las/os japoneses tienen un LV). En sus tiendas se pueden encontrar bolsos de Chanel o Prada a unos 350 euros, cuando normalmente cuestan 1.500. Hay relojes para hombre de Gucci o Bulgari que cuestan la mitad de lo que valdrían en una joyería.
Según un artículo publicado recientemente en La Vanguardia:
Segunda mano y ‘vintage’
Las dificultades también están contribuyendo a romper con la tradicional resistencia de los españoles a comprar prendas de segunda mano. Inma Urrea cree que estas prendas usadas y en especial las vintage (como mínimo con 20 años de antigüedad) se están convirtiendo en una fórmula para diferenciarse y combatir la uniformidad fijada por las marcas de gran distribución como Zara, Mango y H&M. En este afán de aprovechar y amortizar lo existente, lucha por imponerse la racionalidad, algo letal para un sector como la moda, que suele apelar a lo emocional. Se cierran las carteras y se aguza el ingenio: “La norma es reutilizar, remezclar un poco lo que uno tiene o lo de los padres, dar una vuelta a los básicos y combinar constantemente”, concluye Casado. Estos usos “van dejando huella”, asegura Manuel Serrano. “Cuando pase la crisis, el consumo racional y a un precio comparativamente más bajo se mantendrán”.
Clara Riera, Sol Gómez y Maite López-Font crearon GARAGE COOL AND VINTAGE, en esta entrevista explican cómo surgió la idea.
La cadena Komehyo en Japón ha obtenido grandes beneficios en el último año fiscal vendiendo artículos de segunda mano o reciclados (se dice por ejemplo que el 40% de las/os japoneses tienen un LV). En sus tiendas se pueden encontrar bolsos de Chanel o Prada a unos 350 euros, cuando normalmente cuestan 1.500. Hay relojes para hombre de Gucci o Bulgari que cuestan la mitad de lo que valdrían en una joyería.
Según un artículo publicado recientemente en La Vanguardia:
Segunda mano y ‘vintage’
Las dificultades también están contribuyendo a romper con la tradicional resistencia de los españoles a comprar prendas de segunda mano. Inma Urrea cree que estas prendas usadas y en especial las vintage (como mínimo con 20 años de antigüedad) se están convirtiendo en una fórmula para diferenciarse y combatir la uniformidad fijada por las marcas de gran distribución como Zara, Mango y H&M. En este afán de aprovechar y amortizar lo existente, lucha por imponerse la racionalidad, algo letal para un sector como la moda, que suele apelar a lo emocional. Se cierran las carteras y se aguza el ingenio: “La norma es reutilizar, remezclar un poco lo que uno tiene o lo de los padres, dar una vuelta a los básicos y combinar constantemente”, concluye Casado. Estos usos “van dejando huella”, asegura Manuel Serrano. “Cuando pase la crisis, el consumo racional y a un precio comparativamente más bajo se mantendrán”.
Clara Riera, Sol Gómez y Maite López-Font crearon GARAGE COOL AND VINTAGE, en esta entrevista explican cómo surgió la idea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario